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La
cuaresma comienza con el miércoles de ceniza y es un tiempo de oración,
penitencia y ayuno. Cuarenta días que la iglesia marca para la conversión del
corazón. La
imposición de cenizas es una costumbre que nos recuerda que algún día vamos a
morir y que nuestro cuerpo se va a convertir en polvo. Nos enseña que todo lo
material que tengamos aquí se acaba. En cambio, todo el bien que tengamos en
nuestra alma lo llevamos a la eternidad.
La
imposición de la ceniza, es un signo de arrepentimiento, de penitencia, pero
sobre todo de conversión.
En
la comunidad del Colegio María Inmaculada celebramos de manera muy
significativa este acontecimiento. Con anterioridad se había motivado a las
estudiantes para que por cursos prepararan dos mascaras; una del tamaño del
rostro y otra grande, para que fueran presentadas en esta celebración, junto
con un escrito sobre aquello que en grupo necesita trabajar y cambiar en esta cuaresma.
En
el momento penitencial, todas las estudiantes del colegio presentaron su
compromiso con sus máscaras, que permanecerán en el salón de clases durante el
tiempo de la cuaresma.
Fue
una celebración llena de signos y muy emotiva. Damos gracias a Dios por
permitirnos vivir este espacio de Gracia y Salvación.
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